600 kilómetros de carretera interminable, rectas de 20 kilómetros, si no más, donde a la derecha e izquierda no hay nada salvo montañas rocosas, arenosas en algunos casos. Sólo había dos sitios donde repostar, el kilómetro 130 o casi en la llegada en el 550. Nosotros lo hicimos en este último. Salimos a las 5.30 y llegamos al vivaque a las 14.00, sólo parando a repostar, como es de costumbre, (con Manolo es normal, siempre va de prisas, si fuera por él no paramos ni a mear). Hay que llegar lo antes posible al vivaque para coger un buen sitio, que no esté muy alejado de lo principal, como aseos, duchas, comedor, Michelín para el cambio de ruedas, etc.

Una vez llegados a la población de Antofagasta te sorprende, después de más de 8 horas carretera desértica (ruta 5) llegas y te encuentras una ciudad en la costa con una avenidas amplias, zonas nuevas de recreo, hoteles de importantes cadenas, como si fuera un Benidorm de Chile (salvando las diferencias). Como siempre el recibimiento caluroso de la gente. A mí me recuerda cuando la vuelta ciclista va por las carreteras y calles de España y la gente sale simplemente para saludar y verlos pasar, además de hacerse fotos cuando paramos en los semáforos. Por cierto hay que tener cuidado porque cuando paramos se meten a hacerse fotos delante justo del camión y desde arriba no le ves, siempre tenemos que estar al tanto de la gente.
 

En lo referente a lo deportivo, lo más llamativo de todo este día en el Dakar fue que nuestro piloto de moto Miguel Puertas, con su Yamaha 450 arrastró, mediante un cable, nada menos que 110 kilómetros de la especial a otro piloto de moto que había roto el motor, en concreto al argentino Pablo Bolín número 75. Es de lo más comentado en el vivaque esa noche. Es una hazaña porque estaba muy posicionado en la general en el puesto 54 y debido a esto le ha retrasado a la 72, ya que en la etapa entró en la 115 a mucho tiempo del resto. Además de lo que sufrió su moto, debiendo cambiar embrague, entre otras cosas para debido al sobre esfuerzo que le hizo, los mecánicos terminaron a las 5 de la mañana con ella. Pero eso es Dakar, ayuda entre competidores, aunque ahora parece que sólo importa ganar. Pero para la mayoría la ilusión es llegar a Lima y como Miguel lo sabe de sobra, como recordaréis a terminado los 6 anteriores Dakar y va a por el séptimo, siendo el único piloto de moto en lograrlo.

En el tema de coches, nada que reseñar el Mitsu 333 quedó en plaza 30 y el 387 en la 99. Ninguno de los dos coches sufrieron averías graves, pero a uno se le cambió un trapecio delantero.

Porque los mecánicos han llevado un día de demonios. Además de lo ya comentado del coche 333, al 387 se le ha tenido que hacer una revisión general para ver el fallo de ayer, con cambio de caja de cambios, cambio turbo, aceites, palieres, barra estabilizadora, etc. Todo ello desde las 7 de la mañana hasta las 10 de la noche.

A la moto se le ha tenido que cambiar el depósito que se quemó, ruedas, aceite y una puesta a punto de cadena. En definitiva cuando recogimos el campamento para dejarlo todo listo y salir lo antes posible, eran las 12,30 de la noche.

 

Etapa donde las asistencias no teníamos que movernos. Pero aún así fue un día intenso, sobre todo la tarde, debido a las noticias que nos llegaban de los corredores.

El final de la etapa era una duna-montaña enfrente del vivaque con una bajada en picado, de tierra, de al menos 2 kilómetros. Nosotros podíamos ver desde nuestro camión como los corredores se dejaban caer y pasaban por el último crono, llamado waypoint. El primero fue Marc Coma, ya que como siempre son las motos las primeras en salir y en llegar, sobre las 4 de la tarde. Ya toda la tarde y noche fue un goteo de vehículos bajar. Ver a los camiones dejarse caer a 150 Km/h, porque están limitados a esa velocidad desde hace unos años por seguridad, era impresionante.

Fue un día muy duro para los corredores y vehículos. La organización lo sabía y como el día siguiente era el día de descanso dejaban entrar en el vivaque hasta las 6 de la tarde del día siguiente, previniendo que muchos se quedarían a dormir en las dunas, bien por esperar a la asistencia por rotura mecánica o bien por cansancio físico. Como así ha ocurrido.

En lo que respecta a nuestros vehículos, Miguel Puertas con su Yamaha quedó en el 58, quedando en el puesto 54 de la general. La verdad es que este terreno es el propicio para él, ya que lo suyo es navegar y las dunas. Las etapas hasta ahora habían sido prácticamente de velocidad y a partir de ahora se moverán en un terreno más propicio para él, esperemos que todo le salga bien y que sea el único piloto de moto en toda la historia del Dakar que termine 7 Dakares consecutivos, toquemos madera. Por cierto, en la puerta del vivaque tuvo un incendio de su moto cuando le estaban recogiendo los datos del GPS y tuvo que tirar la moto al suelo y apagarlo con un extintor. No es extraño, ya que la anterior etapa se quemaron 4 motos durante el trayecto de enlace. Menos suerte tuvieron nuestros pilotos chinos de coches. El Sr. Zhou con el 333 a falta de 10 kilómetros para llegar al vivaque, llamó a la zona de asistencia para comunicar que estaban hundido en una duna y que la marcha atrás no le entraba. Así que los nervios empezaron en nuestra zona. Hasta ese momento estaba en el puesto 22. se tuvo que comunicar con los camiones del equipo que venían por atrás para ver cuando les faltaba por llegar, las noticias no eran buenas, aproximadamente 3 horas. Todo eso ocurrió sobre las 8 de la tarde. Al final una hora más tarde pudo salir de la duna y llegó en el puesto 48, quedando en la general en el 31.

Conforme llegó sus mecánicos se pusieron con él para hacer las oportunas comprobaciones y a lo largo e la noche y mañana del día siguiente se cambiaron rotulas dirección, caja de cambios, aceite, ruedas, etc.

En lo que respecta al otro piloto Xi Liang con el 387, ocurrió algo parecido, sobre las 10,30 de la noche llamó para comunicar que su vehículo había perdido toda la fuerza y no podía subir las dunas. Todo esto a 12 kilómetros de donde estábamos nosotros. Otra vez a empezar, llamadas a los camiones que van por atrás del mismo equipo y al final sobre las 1 de la madrugada dieron con ellos para reparar el coche y volver. Sobre las 2,30 de la madrugada llegaron al vivaque. Al final terminó en el puesto 71, quedando en la general en el 61.

 

La más dura para las asistencias. 510 kilómetros pero con el paso de San Francisco, temido por todos, porque siempre se queda en el camino algún vehículo de asistencia. Hay que cruzar los Andes, pasar la frontera de Argentina y Chile, altitud máxima de 4.700 metros, pero lo más curioso es que vamos a parar a Copiapó que está al nivel del mar.

Ya desde Fiambalá fue algo especial, porque se suspendió la Especial para los competidores, por las condiciones meteorológicas en el Paso de San Francisco (daban al menos 5 grados bajo cero). Así que todo cambió, sobre todo el tema de los horarios. Siempre en esta etapa las asistencias salen las últimas del vivaque para los competidores no tengan problemas de circulación el puerto. Así que primero salieron las motos, seguidos de los coches y por último los camiones. Sobre las 10 nos tocaba a nosotros, todos estábamos a la espera para cuando dieran el toque de salida. Lo bueno de salir de los primeros es que el la subida del puerto no tienes que adelantar a los más lentos. Al final nos tocó sobre las 10.30.

El puerto es increíble, yo creo que no he visto nada así, y menos por España. Ya desde Fiambalá empiezas a subir, casi 200 kilómetros de subida, con carretera virada, ahh pero unas vistas espectaculares. Un poco antes de llegar a lo más alto (4.700 m), a 4.000 metros está la  frontera de Argentina. Yo me bajé del camión, en la fila estaríamos como en el puesto 30, así que iba andando junto al camión para hacer fotos, cuando me subí creía que había corrido los 10.000 m, tenía una sensación como de asma. A partir de la frontera ya dejábamos el asfalto y pasamos al firme de tierra, durante el resto de la subida y la bajada, por cierto “espectacular”, de vértigo, creía que no me iba hacer con el camión, pero con paciencia todo se hace, casi 4 horas de bajada continuada. En total otros 200 kilómetros de pista, a una velocidad media para subir y bajar de 30 Km/h. Cuando terminamos de bajar a alguno le dolía la cabeza, o como a mí que me dio una sensación durante 5 minutos de mareo, es normal en estos casos. No paramos ni a comer, todo de un tirón porque nos estaban esperando. Llegamos al vivaque a las 10 de la noche.

Durante el puerto, sí vimos más de un vehículo averiado y muchos eran remolcados por camiones de asistencia hasta la llegada al vivaque, algunos estarían remolcados más de 300 kilómetros. Pero aquí hay mucho compañerismo, que por cierto es el alma de este rally desde sus inicios, aunque ahora se ha perdido algo de esto por el tema de vencer.

En lo deportivo, como sabréis se suspendió la especial.

 

Etapa relativamente corta, 298 kilómetros. Salimos a las 7,15 y llegamos sobre las 12,45. No sin antes repostar todos los tanques y jerricanes, ya que en la etapa siguiente no hay abastecimiento y tenemos que dar combustible a todos los vehículos de nuestro equipo, los dos Mitshubisi , las dos Viano, la moto y nuestro camión.

Una vez llegamos, lo mismo de siempre. Esta vez la moto y los coches llegaron pronto, alrededor de las 15 horas. Así que los mecánicos se pusieron con ellos. La moto realmente no hay que hacerle mucho, salvo que haya una avería. A los coches algo más. Al 333 hubo que cambiarle barra estabilizadora y ruedas, además de volver a ver la caja de cambios porque no le entraba la marcha atrás. Al 387, nada en especial, salvo un espejo que se lo dejó en un árbol de recuerdo.

En cuanto a la climatología, no ha hecho tanto calor pero sí mucho viento, el cuál trae mucha arena y tenemos que ir con las gafas puestas constantemente.

Hoy en lo deportivo bastante bien, Miguel Puertas sigue escalando posiciones después de un comienzo con problemas con su moto, ya va por la 51. Al igual que el Mitshu 333 que está ya en la 24, por delante de sus compatriotas, que para ellos es muy importante. El Mitshu 387 algo más retrasado en el puesto 72.

Nos vamos pronto a acostar porque mañana es un día muy difícil para los camiones, hay que pasar el estrecho de San Francisco y hoy nos comentaban que había mucha nieve. Es un puesto de unos 300 kilómetros de subidas y bajadas, de camino de tierra y además con pendientes, dice Manolo, de más del 18%. Ya veremos…

 

Como ya he comentado, antes las 6 salimos para Chichelito, ya con algún grado menos de calor. Un viaje diferente a todos los demás. Primero tuvimos casi 300 kilómetros de desierto, con largas rectas interminables, ríos que cruzaban por las vaguadas la carretera y la parte final de unos 40 kilómetros de camino sinuoso, estrecho y con acantilados a los lados, recordemos que estamos cruzando los Andes. Zona donde no podías correr más de 20 km/h con subidas y bajadas de las montañas, y por increíble que parezca, había aún gente en las montañas esperando que pasaran los vehículos del Dakar. Yo pensaba ¿De dónde sale esta gente si no hay nada alrededor?. Le decía a Manolo que hiciera fotos de la cordillera pero dice que iba a ver cosas mucho más bonitas. Esperaremos.

Tardamos casi hora y media en recorrer los 40 kilómetros. Los vehículos que medían más de 10 metros de longitud tenían que coger una ruta alternativa, porque era imposible que girasen en esa zona montañosa. Cuando llegamos al aeropuerto de  Chichelito, zona del vivaque, hacía algo de menos calor.

Los coches llegaron a partir de las 20 horas el 333 y el 387 llegó más allá de las 22 horas. Entonces los mecánicos se pusieron a darles un repaso. A uno de ellos hubo que reprogramar la caja de cambios, hacer el reapriete de suspensiones y, por supuesto, limpiar lo que se puede. Al otro se le cambiaron los brazos de la dirección y al igual que el otro, un reapriete y limpieza. Éste último reventó una rueda y hubo que ir la Michelín a montar una de las que llevamos en el camión. Y sí digo a la Michelín porque tienen un camión que va con la caravana para hacer el cambio de ruedas sin coste para los competidores, ojo, siempre y cuando lleves tú las gomas. Pero aquí todo el mundo lleva ruedas sin llanta para cambiarlas cuando precise. Bueno terminamos de cerrar el camión a las 2,30 de la mañana y a las 7 salíamos para Fiambalá, os podéis imaginar lo que pudimos dormir.

En lo deportivo las cosas siguen marchando muy bien, porque aquí lo importante es seguir sumando etapas y llegar a Lima. Lo de ganar queda en un segundo plano para la mayoría de los equipos.